miércoles, 31 de marzo de 2010

Otras Pasiones


El relato de los últimos días de Jesús de Nazaret es quizá el fragmento de los evangelios canónicos que más productos culturales ha generado. Por eso mismo resulta intrigante que la imaginería de la Pasión no se haya prestado a abundantes ejercicios de paralelismo con el impacto, sea colectivo, sea íntimo, causado por el VIH/SIDA.

Conmovería, por ejemplo, que alguien (un videoartista, una coreógrafa) se decidiera a emplear el aria “Erbarme dich” de la Pasión según Mateo (sin el “San”, reforma luterana obliga) de JS Bach para describir los sentimientos de dolor y desolación (por pérdidas personales, por rabia política) que hemos albergado. (Ello no excluye que otros, como el escritor argentino afincado en Venezuela Marcelo Colussi, hayan elegido parodiar esta misma idea en tono vitriólico; lo que de alguna manera da fe, nunca mejor dicho, de su fuerza.)

Pero la puesta al día tendría que venir por recurrir a piezas modernas. Mi favorita, “La Pasión según San Marcos” de Osvaldo Golijov: un judío argentino de familia inmigrada del este europeo poniendo música clásica, samba, salsa, mambo, tango o klezmer al texto cristiano para situarlo en las calles de la Latinoamérica de hoy se me antoja como una de las metáforas apropiadas para el VIH del siglo XXI. Os dejo con uno de sus momentos más evocadores: “Lua descolorida”.

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