martes, 29 de junio de 2010

El caso Andrew March


Andrew March es un joven compositor británico de música clásica que en 1998 adquirió cierta notoriedad al ganar el prestigioso "Masterprize" por su obra "Marine - à travers les arbres", obteniendo por ello el derecho a que fuera registrada por la Sinfónica de Londres dirigida por uno de los directores de moda, Daniel Harding.

Pero March es famoso en el Reino Unido por razones ajenas a sus dotes como compositor. Siendo parte de uno de los 1.200 hemofílicos que adquirieron el VIH y la hepatitis C por medio de transfusiones de factor VIII contaminado entre finales de los 70 y principios de los 80 del siglo pasado, ha estado a la cabeza de la demanda para que las compensaciones económicas en su día concedidas por el gobierno británico fueran revisadas al alza. El asunto está cargado de emocionalidad y resulta complejo, sin estar exento de llamadas a la consideración de los hemofílicos como´"víctimas inocentes" de prácticas comerciales dudosas (por pagar a usuarios de drogas y homosexuales por sus donaciones de sangre) y de negligencia política (por dejación de responsabilidades en el control de calidad de los productos hemoderivados): son los argumentos de la campaña "Tainted blood" a la que está vinculado nuestro músico de hoy. No en vano, su más reciente obra, una elegía en memoria de las personas con hemofilia ya fallecidas, lleva el significativo título de "Sanguis Venenatus".

Recientemente, el 16 de abril, March ganó una pequeña batalla judicial: un juez de la Corte Suprema en Londres reconoció que el sistema establecido para determinar las indemnizaciones fue incorrecto y debe revisarse, aunque el mismo magistrado rehusó determinar la cifra que en teoría debería pagarse a las personas afectadas.

La discusión sobre si existen víctimas inocentes y otras que no lo serían, o no tanto, es casi tan antigua como la pandemia del VIH, y aunque parecía adormecida, casos como éste nos recuerdan que sigue viva, al menos para una parte de la comunidad del VIH.

Sobre la música de March no es posible ofrecer mucha más información: no se encuentran ejemplos en youtube u otras páginas similares, y hay que conformarse con los breves fragmentos audibles en las tiendas online que venden algunas de sus creaciones. Desde aquí deseamos una larga vida, y de calidad, a Andrew y a todas las personas con VIH, cualquiera que haya sido la forma en que adquirieron la infección.

jueves, 17 de junio de 2010

De la rabia y el recuerdo


Otro compositor contemporáneo que se dedica a las bandas sonoras, quién sabe si por placer o por pecunio (o ambas cosas a la vez), es John Corigliano. El neoyorquino ganó un Oscar por la música de "El violín rojo", una fábula políglota sobre la transculturalidad en el tiempo y en el espacio con el instrumento nómada por excelencia como protagonista.

Eso fue en 1999, cuando Corigliano ya llevaba unos años alumbrando melodías subyugantes, a medio caballo entre lo reconocible y lo misterioso. Su primera sinfonía data de 1988, y es una especie de apólogo musical titulado "Of Rage and Remembrance": "De la rabia y el recuerdo". Como explica el propio creador, la obra fue un encargo de la Sinfónica de Chicago y está inspirada en la vida y la memoria de varios amigos, también músicos o relacionados con la industria musical, afectados por el VIH/SIDA: algunos ya fallecidos, otros diagnosticados justo durante el periodo de composición.

La obra cuenta, algo muy inusual para una sinfonía contemporánea, con dos excelentes grabaciones: la del debut, con la mencionada orquesta de Illinois dirigida por Daniel Baremboim, que se puede encontrar en la serie económica de Elatus, y otra, más madura, con la National Symphony bajo la batuta de Leonard Slatkin en el sello RCA.

No hay apenas, lamentablemente, muestras en internet, aparte de un breve fragmento en la página web oficial del compositor. Valga pues esta versión para instrumentos de viento de la "Tarantella" del segundo movimiento para hacerse una idea de su calibre.

domingo, 13 de junio de 2010

Scott Ross


El clavecín no es un instrumento fácil para el oído moderno. Arrumbado primero por el pianoforte y posterior y definitivamente por su sucesor el piano, su sonido puede resultar cansino y demasiado seco si uno no encuentra cómo adentrarse en él.

Para que la química con el clavecín funcione hace falta la guía de un verdadero maestro, y Scott Ross fue uno de ellos. Ejemplo de anti-divo hasta el extremo, Ross solía tocar en público con la misma ropa de estar por casa, la misma que empleaba para dedicar sus horas, más allá de la música, a sus múltiples pasiones: las orquídeas, los volcanes o los minerales. En sus manos, la música surgida del también conocido como clavicembalo resulta hipnótica.

Fue un gran recuperador de la tradición barroca de este instrumento, del que conocía todos sus secretos, y consiguió la proeza de grabar por primera vez la integral de las sonatas de Scarlatti (¡34 CD!). También nos dejó versiones frecas, diáfanas, sentidas, de Frecobaldi, Rameau, Bach o Soler, sin desdeñar autores más modernos: de todo ello hay abundantes muestras en internet.

Scott Ross falleció a los 38 años por complicaciones derivadas del SIDA el 13 de junio de 1989, hoy hace 21 años.

jueves, 10 de junio de 2010

Kaddish

Para los cinéfilos, Leonard Bernstein fue el genial compositor de West Side Story, un musical de Broadway que sería llevado a la pantalla con clamoroso éxito. Para los melómanos clásicos, es uno de los grandes directores de orquesta del siglo XX, que elevó a la Filarmónica de Nueva York a sus más altas cotas de prestigio. Para los docentes, un genuino pedagogo de la llamada música culta para las masas a través de sus populares programas de divulgación televisiva en EE UU.

Pero Bernstein, Lenny para los amigos, fue también un compositor de piezas contemporáneas heterogéneas tirando a ampulosas, en su momento no demasiado bien recibidas por la crítica y ahora en proceso de revisión y recuperación.

Hombre de carácter volcánico, tuvo amantes masculinos desde muy temprano, lo que no fue óbice para que acabara casado con la chilena Felicia Montealegre, con quien tuvo además tres hijos. Pese a sus múltiples amoríos con varones, sólo en una ocasión y por apenas un año abandonó a su esposa al caer rendidamente enamorado del joven Tom Cothran.

Montealegre moriría en 1978, algo que al parecer afectaría profundamente a Bernstein. El director y compositor afrontaría la última década de su vida (moriría en 1990) con un ritmo de vida muy intenso no exento de contradicciones.

Es esta la época, la de los 80, en la que muestra un activo compromiso a favor de las personas con VIH, que se acentúa después del fallecimiento de Cothran por complicaciones derivadas del SIDA: organiza conciertos benéficos y brinda apoyo a la fundación amfAR.

Que sepamos, Bernstein nunca compuso ninguna obra directamente inspirada por la crisis del VIH/SIDA. Sin embargo, su tercera sinfonía de 1963, titulada "Kaddish" y creada en memoria del asesinado presidente Kennedy, suele asociarse al sentimiento de pérdida y desolación provocado por la pandemia, y no sin razón.

Kaddish es el nombre de una oración ceremonial judía que se invoca especialmente en recuerdo de quienes han dejado este mundo y como fuente de consolación para los vivos:

"Descienda del Cielo una paz grande, vida, abundancia, salvación, consuelo, liberación, salud, redención, perdón, expiación, amplitud y libertad, para nosotros y para todo Su pueblo Israel, y decid: Amén."

[fragmento; versión castellana: wikipedia]

Además del Kaddish tradicional en arameo que canta el coro, la sinfonía de Bernstein utiliza un texto en inglés en radical contraste, una verdadera imprecación a un Dios ininteligible:

"Are You listening, Father? You know who I am:
Your image; that stubborn reflection of You
That Man has shattered, extinguished, banished.
And now he runs free—free to play
With his new-found fire, avid for death,
Voluptuous, complete and final death."

"¿Estás escuchando, Padre? Ya sabes quién soy:
Tu imagen; ese obcecado reflejo de ti mismo
que el hombre ha hecho pedazos, ha agotado, ha desvanecido.
Ahora este hombre se siente libre, libre de jugar
con el fuego que acaba de descubrir, ávido de muerte,
de la voluptuosa, completa y última muerte."

[fragmento; traducción propia]

Difícil reflejar con más énfasis los sentimientos de rabia, desespero e incomprensión con los que a menudo afrontamos la muerte de un ser querido.

[Esta entrada esta dedicada a la memoria del doctor Roy Arad, israelí, pacifista, gay, seropositivo y activista del VIH; una bellísima persona y un buen amigo que dejó este mundo el pasado fin de semana por decisión propia; también está dedicada, como a Roy le hubiera gustado, a la memoria de todas las personas que han pérdido la vida en la búsqueda de una paz justa y duradera entre palestinos e israelíes. Por ti, Roy, Kaddish.]

sábado, 5 de junio de 2010

Las cuerdas de Soweto


Tocar música en la calle tiene su propio verbo en inglés: "to busk". En 1992, la intérprete de viola Rosemary Nalden organizó un "busk" múltiple en 16 estaciones de tren británicas con la ayuda de 120 colegas: en dos horas obtuvieron donaciones por valor de 6.000 libras. El destino, un grupo de jóvenes estudiantes de instrumentos de cuerda en Soweto, Sudáfrica.

Desde entonces, Nalden ha seguido desarrollando esta iniciativa hasta conseguir la creación de una escuela permanente de música y una orquesta de calidad profesional conocida como el Buskaid Soweto String Ensemble. El conjunto ha tocado con maestros de la talla del chelista Steven Isserlis, la mezzosoprano Bernarda Fink o el director John Eliot Gardiner.

La escuela admite alumnos de entornos empobrecidos de Soweto y Johannesburgo a los que apoya en su asistencia a los estudios propios de su edad, que deben seguir durante el día antes de asistir a las clases de música. También les proporciona consejo en prevención del VIH y los que deriva a centros de pruebas y asesoramiento cuando es apropiado.

La orquesta ha realizado ya varias giras europeas, en las que combina la interpretación de música clásica occidental y canciones populares de la comunidad local de Soweto versionadas.

En el sitio de Plushmusic, por ejemplo, se puede ver y escuchar una actuación de danza a partir de una pieza de Rameau. En youtube, por su lado, se tiene acceso a un fragmento promocional del documental "Soweto Strings" de Mark Kidel, que narra la historia de este proyecto y su impacto en las vidas de quienes han participado en él. Buskaid cuenta además con su propio espacio en facebook, del que como es lo usual cualquiera puede hacerse fan. ¡Que no pare la música en Soweto!